VIGILIA DE LA INMACULADA 2016
Con esta
vigilia estamos inaugurando la Misión Diocesana. Hasta ahora hemos informado en
las parroquias, se han constituido los grupos, se ha formado a los
colaboradores, se ha realizado algún gesto, como la entronización de la
Palabra, se han aportado ideas…
Para esta
celebración hemos decidido (como Diócesis) poner la mirada en María. ¿Por qué?
¿Qué vemos en ella?
*Contemplamos su VOCACIÓN.
Fue llamada por Dios para una MISIÓN
única y concreta, pero, a la vez, vivió intensamente el DISCIPULADO. Fue maestra y discípula de su Hijo. Y nos enseña a
nosotros a ser discípulos fieles de Jesús.
*Acogió el Espíritu
Santo como nadie.
*Y, aunque no tiene el título de apóstol, sin duda realizó el
mejor APOSTOLADO: fue TESTIGO vivo y
fiel del Evangelio.
*Fue columna de la Iglesia naciente. Ayudó a sostener
la fe de los discípulos en los momentos más difíciles.
Hacemos
ahora un recorrido por sus ACTITUDES
EVANGELIZADORAS:
Cariño y ternura, calidez de hogar, Espíritu, humildad,
contemplación, prontitud y justicia.
VIGILIA DE LA INMACULADA
CANTO:
Mientras
recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va.
Ven
con nosotros al caminar Santa María ven (BIS)
Aunque
te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la
verdad.
Monición (S. Blas)
Con
el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a los
discípulos para invocarlo, y así hizo posible la explosión misionera que se
produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin
ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización. Vamos
a orar con María y a María para que su testimonio de escucha, su estilo de
evangelización desde la pequeñez, nos orienten en nuestra Misión Diocesana que
hoy comenzamos.
Del Santo Evangelio según San Lucas (Juan.Miguel)
En el sexto mes, el Ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de
David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y
la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al
oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía
significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te
ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono
de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no
tendrá fin». María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo
relaciones con ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo
descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso
el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel
concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se
encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo
entonces: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí lo que has dicho». Y el
Ángel se alejó.
Reflexión y silencio (Santiago Bermejo)
Estilo mariano en la actividad
evangelizadora de la Iglesia
(Sta.
María) Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario
de la ternura y del cariño.
Canto: Hoy he
vuelto Madre a recordar, cuántas cosas dije ante tu altar, y al rezarte puedo
comprender, que una madre no se cansa de esperar, que un madre no se cansa de
esperar.
(Sta.
María) En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los
débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse
importantes.
Canto: Proclama mi alma la grandeza del Señor
(bis). Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
(San
Blas) Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios porque «derribó de
su trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos» es la que pone
calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia.
Canto: Junto a ti María, como un niño
quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me
eduques, que me enseñes a rezar, hazme transparente lléname de paz. MADRE…
(S.
Blas) Es también la que conserva cuidadosamente «todas las cosas meditándolas
en su corazón». María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los
grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles.
Canto: Quiero decir que sí como Tú
María, como Tú un día como Tú María.
(S. Sebastián) Es
contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida
cotidiana de cada uno y de todos.
Canto: Quiero entregarme a Él como tú María, como
tú un día, como Tú María.
(S.
Sebastián) Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra
Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin
demora».
Canto: Quiero seguirle a Él como Tú
María, como Tú un día como Tú María.
Silencio y gesto.
La Estrella de la nueva
Evangelización
(Sta.
María) Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo
de la vida en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de
hacer resonar la Buena Noticia de Jesús. Para que también nosotros digamos «sí»
a la llamada al discipulado que nos hace Jesús. R. Ruega por nosotros
(S.
Sebastián) Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el
Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre. Tú, estremecida de gozo,
cantaste las maravillas del Señor. Tú, que estuviste plantada ante la cruz con
una fe inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la
Iglesia evangelizadora. Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para
llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la santa
audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza
que no se apaga. Por todos los Agentes de Pastoral que animarán y llevarán a
cabo esta Misión Diocesana. R. Ruega por
nosotros
(S. Blas) Tú, Virgen de la escucha y la contemplación,
madre del amor, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo,
para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el
Reino. Por
nuestro Obispo, los sacerdotes y diáconos, los miembros de la vida religiosa,
para que renueven y fortalezcan su vida espiritual y así puedan acompañar R. Ruega por nosotros
(HV)
Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio
de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el
amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines
de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio
viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén.
Aleluya. Por los más pobres y débiles, por los enfermos y desanimados, para que
la fe en tu Hijo nos haga a todo más com-pasivos y misericordiosos. R. Ruega por nosotros.
(Santiago
Bermejo) Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los
demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización. Le
rogamos que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue a ser
una casa para muchos, una Madre para todos los pueblos, y haga posible el
nacimiento de un mundo nuevo.
CANTO: AVE MARÍA
Ave María, Ave María,
Ave María, Ave María
Dios te salve, María, llena
eres de gracia,
El Señor es contigo, bendita entre las mujeres
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús,
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
El Señor es contigo, bendita entre las mujeres
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús,
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Ave María, Ave María, Ave
María, Ave María
Santa María, madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén,
Ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén,
Ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
Ave María, Ave María, Ave
María, Ave María
Oración de la Misión
Señor Jesús, hijo de Dios y hermano de la humanidad,
danos, como a tus discípulos, el Espíritu Santo,
fuerza de Dios y aliento de eternidad,
para que seamos en medio de nuestro mundo
fermento del Reino y testimonio de tu amor.
Por la intercesión de
la Virgen santa,
inspira, anima y haz fecunda
la misión diocesana de la Iglesia de Albacete,
para que sus frutos de fe y caridad sean tan
abundantes
como sinceras e ilusionadas son nuestras motivaciones.
(Santiago
Bermejo) A la Madre del Evangelio viviente le pedimos que interceda para que
esta invitación a una nueva etapa evangelizadora sea acogida por toda la
comunidad eclesial. Ella es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y «su
excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante
para la Iglesia». Hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar
a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan
en agentes evangelizadores. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Bendición.
Himno a la Virgen de la Caridad
Salve gritemos, salve,
Reina y Señora de
misericordia
Madre de bondad,
Madre eres Tú dulzura y
esperanza
de este pueblo que es tuyo y
te alaba.
Puesta en Ti toda entera su confianza
Villarrobledo te implora
Villarrobledo te implora
Madre, Madre de la Caridad.
Eres su Madre su Reina y su
Señora
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