SAN SEBASTIÁN, 50 AÑOS DE PARROQUIA

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Lugar de oración, encuentro, proyectos, ilusiones...

domingo, 16 de abril de 2017

PASCUA DE RESURRECCIÓN 2.017

PREGÓN PASCUAL




PASCUA 2017

De nuevo, un año más, y con la alegría de la Pascua, sed bienvenidos todos, vecinos de Villarrobledo y visitantes, a este Encuentro de la mañana de Resurrección.
Seguramente todos hemos tenido la experiencia de poner semillas en una maceta, en un jardín o en el campo. ¡Y qué grande es la alegría cuando vemos que brota el primer tallo verde! ¡Lo sembrado está germinando!¡La siembra no ha sido inútil!
Quizá este ejemplo nos ayude a entender lo que celebramos ahora, durante toda la Semana Santa y cada Misa que celebramos: la Resurrección de Jesús. Jesús mismo dijo que Él era el grano de trigo que se siembra, y se pudre en el surco para que brote la espiga. Del Jesús entregado y muerto, brota Cristo resucitado.
Antes he mencionado la palabra Pascua, que significa “paso”. Jesús pasó de la muerte a la vida. Ya antes había pasado por pueblos y ciudades “haciendo el bien”: llamó a unos cuantos “para que estuvieran con Él”, curó enfermos, perdonó pecados, predicó una enseñanza nueva (el Evangelio) y revivió muertos.  Fue una siembra maravillosa de amor y esperanza. Y su único fruto no fue su propia resurrección, sino todo lo que provocó en los que le habían conocido, creído y seguido.
Aquel pequeño grupo de discípulos, incluidas las mujeres, aquella Iglesia naciente era también un fruto de la Pascua de Jesús. ¡Había merecido la pena confiar en Jesús, creer sus palabras, aprender sus enseñanzas, estar con Él, … en una palabra: ser sus discípulos!
La resurrección de Jesús y el don del Espíritu Santo van a renovar sus vidas. Habían tenido muchos fallos en su discipulado (traición, negación, egoísmo, …), pero los van a superar porque el Encuentro con el Resucitado los transforma. A partir de ahora van a tener una nueva vida marcada por la alegría.
La siente con gran fuerza María Magdalena cuando descubre el sepulcro vacío: ¡Jesús (el Señor) ha pasado de la muerte a la Vida! La que había vivido como discípula del Maestro, pasa a ser misionera, comunicadora.
Juan, el discípulo amado, conoce la mayor alegría, la que tiene que ver con la Buena Noticia: Jesús ha vencido a la muerte y vive para siempre.
Y la noticia llega a la Virgen, a la que –como a tantas madres del mundo- habían arrebatado a su querido Hijo, habían convertido en Dolorosa y habían sumido en la Soledad. Vence la alegría, se retira lo negro y triunfa el verde de la Esperanza.
Jesús se sembró con amor y dolor: ¿Estoy dando el fruto que Él espera de mí?¿Se puede decir que mi vida es  fruto de lo que Él sembró?
¿Qué estoy sembrando yo con mis palabras, con mis hechos, con el ejemplo que doy, con lo que los demás ven de mí?
Jesús nos llama para que seamos sus discípulos, para que estemos con Él, cerca de Él, aprendiendo de Él, fijándonos en Él, siguiendo de cerca su ejemplo y sus pasos. Que Él nos conceda el gozo, la alegría de ver fructificar lo que cada día sembramos con amor, con ilusión y (a veces) con dolor.
Jesús ha resucitado y vive para siempre en la Gloria y en el corazón de todos los que nos sentimos discípulos suyos.

                                                  ¡Feliz Pascua de Resurrección!

                                                                                     Santiago Bermejo


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